Una de las personas a las que sigo en twitter, Arturo Juárez, que vive en México, publicó un tuit esta semana en el que incluía mi nombre y decía así:
Inmediatamente lo acepté como una invitación literaria y escribí unos breves versos a vuelapluma.
@arturojuarezlm así la tinta es arena líquida rumor de algas y sed de vida”
— Santiago Pérez (@_Santiago_Perez) enero 23, 2014
Y así ha quedado la historia, que me sigue pareciendo una anécdota curiosa, puesto que no conozco personalmente a Arturo Juárez.
Anuncios
Uno nunca sabe qué tan lejos pueden llegar unos versos. Comprendo que los tuyos crucen mares.
Un saludo.
Me gustaMe gusta
Un halago excesivo que acepto con humildad: Hoy leí una frase, creo que de Ray Bradbury, que dice que hay que aprender a aceptar los rechazos de la editorial y viceversa, aprender a rechazar el hecho de que una editorial haya aceptado lo que uno escribe.
Saludos.
Me gustaMe gusta
Bueno, lo segundo siempre es más fácil que lo primero. Pero algo me dice que llegar a la cima no es tan agradable como parece desde abajo.
Me gustaMe gusta
Creo que te refieres a estar en la cima. James Salter, en sus memorias, explica bastante bien esa dificultad al hablar de su amistad con Robert Redford, a quien conoció en los comienzos de su carrera cinematográfica. Cuando alcanzo la cima y era archifamoso y coincidian en un acto público tenían que verse y saludarse en una sala aparte reservada. Tiene que ser duro, algo así como perder la libertad.
Me gustaMe gusta
Precioso. ¿Y no ha vuelto a interactuar contigo?
Me gustaMe gusta
Gracias, Beatriz. Hasta el momento, no.
Me gustaMe gusta
El que a hierro mata… no puede morir a sombrerazos y tu estocada te salió genial.
Me gustaMe gusta
¿Tu crees que esa era la intención? No sabría qué pensar, no conozco a ésta persona, ni siquiera habíamos intercambiado antes algún comentario en internet.
Me gustaMe gusta