El club de los mojigatos tiene sucursales en todo el mundo y cualquiera puede ser objeto de sus diatribas. No son pocos los escritores que las padecieron.
Charles Baudelaire, perseguido legalmente, multado y descalificado públicamente por algunos poemas de su obra mayor, Las flores del mal, fue una de las injustas víctimas de ese club que tiene partidarios en cada época de la historia.
En los prefacios no publicados de las dos primeras ediciones de la obra, y en de la tercera, que no llego a la imprenta, se queja de ello pero no con amargura, sino con un sarcasmo vitriólico que hace de esos textos un documento cuya lectura es impagable. En España están incluidos en la edición de Alianza preparada por Antonio Martínez Sarrión.

No obstante, busqué algo más sobre éste asunto y encontré en la wikipedia ésta cita atribuida a Baudelaire que les reproduzco y que muestra de forma diáfana la hipocresía mezquiza de ése club:
Todos los imbéciles de la burguesía que pronuncian las palabras inmoralidad, moralidad en el arte y demás tonterías me recuerdan a Louise Villedieu, una puta de a cinco francos, que una vez me acompañó al Louvre donde ella nunca había estado y empezó a sonrojarse y a taparse la cara. Tirándome a cada momento de la manga, me preguntaba ante las estatuas y cuadros inmortales cómo podían exhibirse públicamente semejantes indecencias.”
Hay escritores que, les guste o no, no escriben para su tiempo.
Creo que este tema es un contínuo debate por un dicotomía moral de las sociedades humanas. Es super interesante!
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Yo ya tomé partido 🙂
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Sencillamente fantástico. Contra los puritanos de todas las épocas.
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Pero me suena mucho. Si puedes, lee los prefacios de la edición de Martínez Sarrión, son mejores.
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