Buscó en las calles desiertas
en las cantinas de Quauhnahuac
un hueco vacío, un tapiz brumoso
donde ocultar el hueso de la memoria
su rocío helado, su roída quimera
Con cada trago arrojó al pozo ardiente,
al desnudo volcán
una prenda de Yvonne
ofrenda inútil al fuego
en el altar blanco del Popocatepetl
Despeñó en cada vaso un recuerdo
hasta tocar fondo
En el barranco sin fin se deshizo
su cuerpo de barro
Y su magmática cabeza de cónsul
floreció como la cuna de un dios
muerto
(Bajo el volcán)
Dibujo: Volcano de Mikuláš Galanda

Precioso Santiago. Gracias por compartirlo. Saludos, Roberto.
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Muchas gracias, Roberto.
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